GPPAN CDMX A 23 DE FEBRERO DE 2020

Victoria para los ciudadanos
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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  • Nuestra Constitución local reclama reconocer y garantizar los espacios de participación ciudadana en la toma de decisiones, pero la actual administración se ha mostrado más que reticente a abrir estos espacios.

Un duro golpe y revés recibió esta semana el grupo mayoritario de Morena en el Congreso de la Ciudad de México, que buscaba una vez más reducir y silenciar la voz de los ciudadanos.

Quisieron imponerse, acatando la línea que les tiran desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, pero se encontraron con una férrea defensa de la participación ciudadana respaldada por diputados del PAN y de otros partidos de oposición, quienes logramos regresar a comisiones el dictamen de la Ley Orgánica del Instituto de Planeación, por la profunda y cínica exclusión de los capitalinos en los instrumentos de desarrollo.

Ya lo había advertido desde que la iniciativa pasó por comisiones –además de que no eran las correspondientes– que la propuesta no tenía un sólo capítulo en el cual se hablara  sobre la concertación ciudadana en los instrumentos de implementación del Instituto de Planeación; más grave, incluso, el nombramiento de la persona encargada de la oficina de consulta y participación ciudadana debe ser nombrada por el Congreso, mas no así por la Jefatura de Gobierno.

La iniciativa rechazada tenía la grave particularidad de centralizar en el Gobierno de la Ciudad la toma de decisiones, porque adolecía de la más que relevante participación ciudadana. Este hecho fue fundamental para regresarla a comisiones para una nueva dictaminación, lo cual fue más que evidente al momento de la argumentación en tribuna.

¿Por qué es tan importante que la designación sea a través del Congreso? Porque es la única póliza de garantía que tendrán los ciudadanos en la toma de decisiones sobre el desarrollo y control inmobiliario en la Ciudad, un tema que ha sido el jaque de todos los capitalinos por la voracidad de los desarrolladores.

Por su propia naturaleza, el Congreso debe ser el fiel de la balanza, debe tener una función de contrapeso al Gobierno, no debe ser su oficialía de partes en donde les atendemos sus imposiciones; por ello la relevancia de que el nombramiento recaiga en el órgano colegiado que es el Legislativo, en el cual ahora habrá que defender de la mayoría de Morena.

Nuestra Constitución local reclama reconocer y garantizar los espacios de participación ciudadana en la toma de decisiones, pero la actual administración se ha mostrado más que reticente a abrir estos espacios, se rehusan a compartir la definición de la política pública, sobre todo con los ciudadanos.

Ya se equivocaron una vez y chocaron con pared, ¿será que no se equivoquen una segunda?

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