•  En un juego del “gato y el ratón”, los abogados defensores del criminal han logrado dejar en ridículo a las autoridades capitalinas.

El Gobierno de la Ciudad de México está a una abanicada de conseguir su tercer strike y quedar ponchado en la implementación de una justicia eficiente.

En un tercer intento por hacer justicia, el gobierno ordenó, una vez más, la aprehensión de Óscar Andrés Flores, alias El Lunares, presunto líder de la Unión Tepito, luego de que un juez de Control determinara su libertad por segunda ocasión.

En un juego del “gato y el ratón” los abogados defensores del criminal han logrado dejar en ridículo a las autoridades capitalinas, que, en su odd but ineficiencia, no han sido capaces de integrar una carpeta de investigación lo suficientemente sólida como para que el sistema judicial no encuentre falta de elementos para el procesamiento del sicario.

El equipo que integra la Fiscalía General de Justicia ha cometido tropiezo tras tropiezo y hoy los abogados del criminal ya los tienen bien medidos, saben cuál es su grado de ineficiencia y se ven confiados de burlar, nuevamente, el sistema judicial para que El Lunares continúe con sus actividades criminales, inundando la ciudad de drogas y promoviendo la violencia.

Pero lo que más me preocupa es el profundo desprendimiento que se percibe desde el gobierno central, con una jefa de gobierno a la que sólo le alcanza para decir en redes sociales que la segunda liberación de El Lunares es inconcebible e inaudita.

Lo verdaderamente insólito es la ligereza con la que se toma la situación.

Como si las descalificaciones alcanzaran para corregir un problema de fondo que empieza por la ineficiencia de la Fiscalía para integrar la carpeta de investigación, y termina en un sistema judicial en donde los jueces buscan la menor excusa para invalidar los argumentos del gobierno y, justificados en el error, dan la libertad a un criminal que sólo daña a la sociedad.

La recién renombrada y modificada Fiscalía parece que aún no es capaz de hacer frente a la delincuencia organizada.

Con su trabajo está dando paso a que los criminales más peligrosos terminen por no temer ni a la cárcel en la Ciudad de México.

Ya no se trata sólo de un error de integración, de una falta menor, es un problema grave de fondo que, de no corregirse, seguirá permitiendo que los delincuentes regresen a una sociedad lastimada por sus viles actos.

Dos strikes y les queda una para dejar ir a un peligroso criminal.

Lo más grave es que la Fiscalía General de Justicia  quedará ponchada y su incapacidad marcará un antes y después en la impartición de justicia.

https://www.excelsior.com.mx/opinion/federico-doring/dos-strikes/1364364