La integración del presupuesto de egresos en la administración pública no es una tarea sencilla, requiere conocimiento, experiencia y, sobre todo, precisión.

El gobierno de la Ciudad de México hasta ahora sólo ha demostrado que sus mejores habilidades están en la aparición y desaparición de conceptos. Supongamos que llegaron al Congreso sin la intención de mentirnos en la cara a los diputados y que se trató de un error, producto de la trasnochada que, aseguraron, les mereció el diseño de su presupuesto.

La secretaria de Administración y Finanzas de la Ciudad, Luz Elena González, acudió el pasado 28 de noviembre a entregar el Paquete Financiero 2020 a los diputados locales y durante su presentación la funcionaria aseguró que tanto ella como la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, no habían prácticamente dormido de tanto trabajo que tuvieron, que, literalmente, no había centavo o partida que no hubieran revisado con el fin de que el presupuesto garantizara equidad, honestidad y transparencia. Quizá. Démosles el beneficio de la duda de que se trató de una pifia no malintencionada. Y que, si en verdad se desvelaron trabajando, tal vez cabecearon en la revisión del documento pues la funcionaria entregó un presupuesto que presenta variaciones con la versión que se había revisado previamente, desapareciendo dos proyectos de Inversión a Largo Plazo para la compra y mantenimiento de trenes del Metro, por un monto de aproximadamente noventa mil millones de pesos, error que incluso ya reconoció la Jefa de Gobierno.

Parece que les “fallaron las sumas” en el proyecto de Egresos de 2020. Por lo pronto los legisladores tendremos que corregirles la plana.

Ante la evidencia, estamos obligados a dudar de su trabajo y de la precisión de sus cuentas. Ahora tendremos que revisar el motivo de sus desvelos peso por peso.

Sin lugar a dudas es un mal inicio de la discusión rumbo a la aprobación del presupuesto.

El beneficio de la duda se extingue y ahora no sé si creer que en verdad no haya un sólo centavo revisado, porque si hay errores producto de esa desvelada, de las múltiples noches sin dormir, habrá que buscar que más errores trasnochados encontraremos al profundo trabajo de la secretaria y su jefa.

Veremos cuántas noches sin dormir deberé pasar revisando un documento ya reprobado por sus errores, de los que insistí, el problema no es solamente la falla en los números, sino el terrible y casi grosero descuido.

Pero hay una preocupación aún mayor que en verdad podría sí quitar el sueño, más allá del tiempo que requiere corregir la plana, y es que la funcionaria afirmó en la tribuna que este documento, que este presupuesto plasma la visión transformadora de la Cuarta Transformación “El presupuesto es la herramienta más importante con la que cuenta un gobierno para incidir en la marcha general de la economía y de la sociedad, y por eso no podemos fallar ni en su diseño ni en su ejecución ni en el acuerdo político que lo sostenga”. 

Si los medimos con el parámetro que ellos se fijan, ya cada  quien sacará conclusiones de lo que le espera a nuestra “ciudad de hoy, de mañana y de pasado mañana” cómo González dijo al cerrar su intervención en tribuna.