• Sheinbaum debe darse un momento para evaluar el tipo de ciudad que está dejando a los ciudadanos.

El terrible incendio en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, que costó una vida y dejó atrapadas a varias personas, fue todo menos una sorpresa.

La falta de mantenimiento en las instalaciones eléctricas —con más de 50 años de vida— era uno de los principales riesgos que el mismo gobierno de la CDMX reconoció el año pasado como parte de su análisis para modernizar las subestaciones de la Línea 1.

Luego del incendio de ayer, trabajadores del Metro también denunciaron que en la galería de transformadores del Puesto Central de Control del Metro se almacenaron, de manera irregular, tambos con aceite, los cuales habrían contribuido al incendio que, además, dejará sin servicio indefinidamente seis líneas del sistema de transporte.

La responsabilidad de esta tragedia es compartida dentro de la administración de Claudia Sheinbaum. El STC operaba sin la designación formal de un subdirector de Mantenimiento, responsable, entre otras cosas, de la operación de la Subestación Eléctrica de Alta Tensión, pues en su desbordada soberbia, la directora del Metro, Florencia Serranía, asumió este cargo.

El pasado 20 de noviembre, ante diputados del Congreso de la CDMX, la funcionaria reconoció que había determinado darse a sí misma ese cargo para tener ambas funciones porque, en sus propias palabras, el Metro tenía tantos problemas que era necesario dejar de escuchar quejas e instrumentar la reestructura que el sistema necesitaba. El chiste se cuenta solo.

Lo que queda en evidencia es que el riesgo era bien conocido y no hicieron nada para prevenirlo. No escucharon a los técnicos y profesionales, pues en la característica mezquindad del actual gobierno, prefirieron no invertir y su arrogancia resultó costar el precio más alto: una vida humana.

Sobra decir que, si Serranía tiene la más mínima pizca de decencia, tan pronto como este lunes presentará su renuncia, pero el cinismo y descaro son la marca del gobierno de Morena, por lo que sé que no lo hará. Los responsables deberían dar cuentas e ir a la cárcel por incumplir en su deber.

Sheinbaum debe darse un momento para evaluar el tipo de ciudad que está construyendo y dejando a los ciudadanos: récord de casos y muertes por covid-19, una economía destruida, acompañada de desempleo, fraudes en la venta de tanques de oxígeno y hospitales colapsados.

La ciudad se desmorona y se le va de las manos a la regenta. Ella es tan responsable como los funcionarios que fallaron en darle el mantenimiento debido al Metro.