GPPAN CDMX A 27 DE SEPTIEMBRE DE 2020

Electromovilidad para una Ciudad sostenible
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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Una de cal por otra de arena. En medio de la pandemia y el caos que impera en la ciudad, por fin una buena noticia para sus habitantes.

El gobierno de la CDMX estrenó esta semana nueve unidades eléctricas de Metrobús que operarán en la Línea 3 del sistema de transporte público, dando un paso adelante en la estrategia de movilidad con unidades eléctricas que desplacen en el mediano y largo plazo las unidades a base de combustible diésel.

Este avance merece el más amplio reconocimiento por impulsar y adoptar nuevos modelos que sean sostenibles en el tiempo y sustentables en la práctica de movilidad de las personas, reduciendo las emisiones de contaminante y también los costos de consumo de energía, pues representan un 30% de ahorro en el costo de operación en comparación con los vehículos a base de diesel. Sin embargo, pese al avance, la agenda de electromovilidad aún es incipiente en la CDMX, ya no se diga en el país, en donde incluso damos pasos hacia atrás.

México es uno de los países que en 2015 se adhirió a la Agenda para el Desarrollo Sostenible de la ONU, en donde se detallaron los 17 objetivos para poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad, hacer frente al cambio climático, entre otros.

Y aunque la implementación de transportes más limpios y eficientes es prioridad, la realidad es que vamos lento. En América Latina el uso de autobuses eléctricos como transporte público aún es reducido. En Chile se pretende cubrir el 100% para el 2024, mientras que Colombia apuesta a ser el país con más unidades eléctricas en la región para fin de este mismo año.

Pero en México, nos lo tomamos con calma. De acuerdo a la Estrategia de Electromovilidad de la CDMX 2018–2030, la capital del país tiene como meta que el 20% de la flota de transporte colectivo sea completamente eléctrica para el 2030. El 80% de los taxis deberá ser híbrido o eléctrico; así como el 30% de los vehículos utilitarios del gobierno.

Lejos estaremos de tener un sistema de transporte público que opere por completo con electricidad, pero hoy la CDMX dio nuevos pasos en la dirección adecuada. Lo cual contrasta con la pobre o nula estrategia de su contraparte federal.

Baste el ejemplo del polémico Tren Maya, pues el capricho de Andrés Manuel López Obrador operará a base de diésel, un combustible que además en México se produce poco, por lo cual se tendrá que importar, ya que de acuerdo con el análisis de costo-beneficio que realizó el Fondo Nacional de Turismo, se optó por este pues resultará menos costoso en comparación con uno eléctrico. 

La agenda de movilidad sustentable es asignatura pendiente en el país, pero la puesta en marcha de las unidades eléctricas de Metrobús es muestra de la voluntad del gobierno de la CDMX por avanzar en esta materia. Lástima que en el gobierno federal no exista esta visión y que tampoco urja.

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