El pasado martes en el Congreso de la Ciudad de México aprobamos un dictamen a la Ley Ambiental de Protección a la Tierra que busca preservar la tranquilidad de las personas en la Ciudad de México, con la posibilidad de presentar ante el juzgado cívico a personas ruidosas.
De acuerdo al artículo 186 Bis de la ley mencionada: corresponderá a la Secretaría de Seguridad Ciudadana detener y presentar ante el Juez Cívico a los probables infractores que ocasionen ruidos por cualquier medio.
Con motivo de dicha reforma, me parece importante volver a poner énfasis en temas relacionados con la contaminación acústica, que muchas veces pasamos por alto o ignoramos que la exposición prolongada al ruido puede impactar negativamente nuestra salud, desde alteraciones en nuestro estado de ánimo, trastornos del sueño hasta efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular y metabólico.
Es menester recalcar que el ruido también puede ocasionar deficiencias cognitivas en los niños, niñas y adolescentes que en estos momentos permanecen en casa tomando clases en línea a causa de la pandemia.