GPPAN CDMX A 13 DE DICIEMBRE DE 2020

El ocaso de Claudia Lopez-Gatell
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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  • Ha sido mediante el semáforo epidemiológico que se han dictado las órdenes para hacer frente a la pandemia por covid-19 en México.

El gobierno ha fracasado en la protección de los ciudadanos. Se ha rendido ante la pandemia ocasionada por el covid-19 y, en su incompetencia, recae la pérdida de miles de vidas de ciudadanos.

Fue mucha la faramalla que se construyó alrededor del famoso semáforo sanitario —que siempre se usó como el norte mediante el cual se dictaban las órdenes—, sin embargo, esta semana la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud,  Hugo López-Gatell, lo han arrojado por la borda, renunciando así a toda seriedad en la lucha contra la pandemia.

Bastaron dos conferencias de prensa para desenmascarar su ineptitud y dejar en claro que ambos están abrumados y molestos. Sheinbaum escondida detrás de su cubrebocas y López-Gatell enmascarado en su cinismo, los dos reconocieron que el semáforo deja de funcionar y enuncian al unísono que estamos en una emergencia.

Para Gatell el color del semáforo ahora es intrascendente, en sus propias palabras; para Claudia Sheinbaum no hay semáforo pues estamos, también en sus palabras, en emergencia por covid-19. Ya no hay amarillo, naranja, mucho menos rojo.

La pandemia los puso a prueba y la responsabilidad les quedó grande. Fracasaron y el costo es el más alto que cualquier persona puede pagar: la muerte de decenas de miles de ciudadanos está en sus manos. Un cargo de conciencia que para cualquier servidor público en sus cabales sería insoportable, pero para estos dos funcionarios no es nada que una conferencia de prensa no pueda solucionar.

Perdió la ciencia y se convirtió en Claudia López-Gatell para optar por la mentira y el engaño al reconocer que las cosas están fuera de control, pero es incapaz de admitir que fue por su propia incapacidad para ejercer con el rigor científico que la propia pandemia demandaba, por rebajarse al nivel de títere político del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con soberbia, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se ufanaba de conducir la mejor recuperación y reactivación económica de la capital. Sin embargo, el destino la obliga a reconocer que la reapertura en sus términos fue un error y la realidad se impone. En consecuencia, el manejo de la pandemia por covid-19 en México es uno de los fracasos en la administración pública más grave de los últimos tiempos.

 Para Sheinbaum el panorama es igual de reservado que el de la misma pandemia. Lo cierto es que sus decisiones marcarán irremediablemente su gobierno y gestión, perdiendo —si es que alguna vez creyó tener— toda posibilidad de saltar a la carrera presidencial.

Se ha convertido en la más reciente versión del regente Fernando Casas Alemán, quien por allá de 1951 enfrentó una de las más severas inundaciones que la Ciudad de México haya visto jamás, y pese a que se le nombraba como un potencial candidato a la presidencia, lo cierto es que su nombre quedó en el olvido.

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